Palpo el gotelé de mi habitación.
Es un ciego que aprende braile
con esa curiosa pasión que adquieren las personas
cuando saben que esa desconocida va a ser su nueva vida.
Hundo mis yemas en cada resalto.
Descifrar el nervio de un lunar que dejé atrás
carretera serpenteante que conectaba tu cuello
y el alto donde solían hacer escalada mis anhelos más dúctiles.
Riego los campos de secano de mis mejillas.
Demasiados cuidados exigieron tus poros
cuando los pasos dejaron de ser firmes
haz algo ahora, mañana ya no me sirves.
Volteé el reloj vacío.
El tiempo será mensajero de razones,
sólo le falta arena.
De eso mismo, de arena, se llenó mi cama
con los vientos que levantaron
tus últimas oportunidades
y mis últimos genocidios.
No mires para atrás.
Tiempo que corre en busca de ti
y yo sin poder salir de donde quedé atrapado
al intentar recuperarte,
y no resbalar por saber llorar a tiempo.
"Olvidarte será fácil, te lo digo...
es cuestión de olvidar que he nacido."
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